Sección III
Ya lo veo más claro. Mi pensamiento es una causa, lo que sucede en mi vida es el efecto. Esto me lleva a pensar en la vida de una manera diferente, y me interesa hacerlo.
Para cada cosa que sucede en mi vida hay una causa – un pensamiento que la genera.
Parece mentira. Nunca nadie me dijo que mis pensamientos causan lo que sucede en mi vida.
Si esto es así, quiero entender a fondo cómo es que funciona todo esto.
Para cambiar algo en mi vida, hay un pensamiento que debo cambiar
¿Qué he obtenido por ahora de esta curiosa travesía por mi interioridad?
Al pasar por el curso de la Autenticidad, descubrí que asumo el control de mi vida cuando soy y hago lo que me dicta mi esencia. También encontré que el control de mi vida empieza en mis pensamientos.
Esto pareciera relacionado con lo otro.
Si los pensamientos que me permito tener son predominantemente aquellos que me hacen sentir muy bien (pues provienen de mi esencia), entonces voy a sentir que yo soy el/la conductor@ de mi vida.
La implicación en esta perspectiva de Causa y Efecto es que esos pensamientos serán la causa de algunos efectos en mi vida.
Si esos pensamientos (causas) me hacen sentir muy bien, es de esperarse que lo que empiece a suceder (efectos) me agrade mucho también.
”Esto suena como magia. Pienso y de pronto, por arte de magia, aparecen efectos en mi vida.”
”Francamente no es eso lo que busco. Quiero trabajar con los pies en la tierra, con realidades tangibles y demostrables. La magia es fascinante, pero por ahora estoy en onda de “realidades prácticas”.
Me parece que estás en onda resistencia, pero igual decime: ¿Hay algo en tu vida que preferirías cambiar?
”Claro, como cualquier persona. Específicamente, quiero cambiar mi relación controladora con mis hermanas y familia. Yo tiendo a asumir el papel de proveedor y benefactor que jugó mi padre. Esto me cansa mucho y hace que los demás se sientan desvalorizados.”
Mmm… ¿Y qué pensamientos predominan en tu mente respecto a esto?
”Por supuesto que lo veo. Yo inmediatamente – casi automáticamente – asumo mi papel y actúo en forma controladora como ya es habitual. Yo ya tengo muy claro lo que quiero hacer y lo que quiero evitar. Mi problema es que actúo por hábito, casi como un vicio.”
¡Qué bueno! Este reto nos permitirá trabajar por varios lados simultáneamente.
Por un lado, pereciera que tenés el control sobre tu familia, pero no sobre tu vida, pues hablás sobre ese hábito que es más fuerte que tu voluntad.
Segundo, veremos cómo para cambiar algo en tu vida, debés cambiar un pensamiento.
Y tercero, enriquecés mucho el tema al decir que tu reacción es automática.
Empecemos por esta última afirmación.
Si me permito entrar más y más profundo dentro de mi mente, encontraré que normalmente yo no escojo mis pensamientos. Si en verdad puedo ser honest@, acepto que “normalmente” me surgen de forma automática.
Todos tenemos un sistema de creencias y expectativas (del cual no somos muy conscientes) que es desde donde normalmente surgen los pensamientos. Este tema es parte del siguiente curso de las Creencias y de las Expectativas, y por lo pronto sólo reconozco ese sistema.
Para mantener esto sencillito…
…mis pensamientos surgen dentro de mí
desde esa estructura mental de creencias.
Aunque el pensamiento surge dentro de mí, no necesariamente proviene de mi esencia.
Es por eso que decís que surge automáticamente.
Ese punto, ese instante en el que se dispara el pensamiento, es trascendental.
En ese preciso instante puedo permitir que esa estructura de creencias me dispare un pensamiento automático o puedo adueñarme del momento y provocar – desde mi esencia – un pensamiento escogido por mí.
”Un respiro, por favor. Esto me llega muy adentro. Me suena a palabras demasiado importantes.”
Si, tan importantes como que ese es el instante de mayor libertad humana.
Ese es el momento en que elijo la dirección de mis pensamientos.
Ese es el momento en que puedo elegir hacer lo que quiero desde lo más profundo de mi ser o dejarlo en manos de esa estructura vieja de creencias.
Ese es el momento en que puedo hacer girar el destino de mi vida.
El momento en que puedo ejercer mi poder de elección o permitir que me “suceda” lo que el “destino” tenga para mí.
Esto es potente.
”Si, lo comprendo. Incluso esta información pareciera resolverme todas las interrogantes.”
“Ya entiendo cómo asumir el control de mi vida y soltar mi papel de controladora con mis hermanas y otros familiares.”
“Veo claramente que al cambiar mi pensamiento, cambiaré mis actos y palabras. Al final lograré cambiar esa condición en general.”
“Y lo más importante es que comprendo que mi total conciencia en “ese instante” es fundamental para hacer el cambio.”
Si, lo que te recomiendo es que practiqués cómo quisieras que fueran algunos de esos pensamientos. Si te preparás con unos cuatro o cinco pensamientos bien buenos, podrás tenerlos a mano para ese instante crítico.
La consecuencia de este punto es que…
Si cambio mi manera de pensar, cambiaré mi vida
Si voy poco a poco eligiendo qué pensamientos pensar, voy poco a poco cambiando el rumbo que lleva mi vida.
Si los pensamientos que elijo pensar provienen de mi esencia, de lo mejor de mí, entonces mi vida irá tomando el rumbo que he querido siempre darle.
La vida de mis sueños.
Allí empieza todo. En el instante en que nace un pensamiento.
Elijo ese pensamiento desde una posición de dueñ@ de mi vida o permito que se piensen los pensamientos automáticos que salen desde esa vieja estructura de creencias.
Es mi elección.
Los pensamientos que yo elijo modifican mi actitud ante la vida.
También modifican mis palabras y mis actos.
Todo esto tiene consecuencias directas y tangibles sobre mis relaciones y demás circunstancias de mi vida.
“Este descubrimiento me ubica en el lugar perfecto para cambiar lo que quiero cambiar con los pies en la tierra. Es práctico y tangible – casi puedo tocar ese bendito instante. Siento ganas de empezar de una sola vez.”
Práctico y eficaz.
Pero tiene implicaciones mucho más profundas como veremos al llegar a la Ley de la Atracción.
Por lo pronto, ya sé dónde empezar si quiero cambiar algo en la dirección que llevo.